viernes, 25 de abril de 2008

POSIBLE ADVERTENCIA EN LA SAGA "MATRIX"

El libro de Walter Graziano de nombre “Nadie Vio Matrix”, me lo acercó un familiar el 25 de Abril para que lea un texto titulado “Hitlerismo sin Hitler”, basado en la ideología del alemán Leo Strauss, y lo compare con la democracia que actualmente domina en el mundo que habitamos.
Según el autor, Strauss fue un alemán exiliado por motivos raciales durante el Tercer Reich de Hitler. Lector acrítico de Nicolás Maquiavelo, fue quien reformulo sus tesis. Afincado en Estados Unidos (Chicago) desarrolló sus teorías políticas, convirtiéndose estas en inspiración para el Partido Republicano y Council on Foreign Relations (CFR).
Por derecho natural, los fuertes deben gobernar sobre los débiles” decía la premisa básica, entendiendo que en el régimen del capitalismo global, los más fuertes no son otros que los más ricos. A pesar de ser un perseguido por Hitler, imitó en sus tesis el sistema político del dictador alemán.
Strauss dice que para lograr el dominio, a través de la globalización, es necesario que los gobiernos mientan y otorguen un mínimo de información fidedigna a los pueblos, también que la religión es una potente arma de dominio al igual que la mentira y el engaño, y que la base de cualquier gobierno es la existencia de un enemigo, que de no existir hay que crearlo.
Al culminar con la lectura de este fragmento (pagina 51 a la 55 de “Nadie Vio Matrix”), quede reflexionando por algunos minutos sobre las teorías políticas de Strauss y las actitudes y decisiones tomadas, hasta el día de hoy, por los jefes de estado de las grandes potencias del mundo.
Luego, comencé a ojear el texto de Graciano y constaté que cada presentación de capitulo contiene algún fragmento, de un dialogo del film, que remite al titulo del segmento del libro. Previo al prologo, me sorprendió la transcripción de un dialogo de la película en el cual Neo (protagonista del film) debe elegir una pastillas que marcará su futuro.
Volví a ver “Matrix”, pero ahora desde otro lugar. Además de ser una excelente película, que marco una tendencia para hacer ciencia ficción, podría entenderse como un largometraje donde sus creadores intentan lanzar un doble mensaje que los críticos no vieron, o quizá no sea conveniente mostrar.
Si olvidamos por un momento la ideología del autor Walter Graziano y solo nos remitimos a comparar las tesis de Strauss con las acciones que cometen las potencias mundiales, es muy probable que quienes vuelvan a ver el film “Matrix”, lo hagan con una mirada diferente a la que originalmente utilizaron.

Parte de la escena ocho del film Matrix:
-MORFEO: ¿Crees en el destino, Neo?
-NEO: No.
-MORFEO: ¿Por qué no?
-NEO: No me gusta la idea de que no pueda controlar mi vida.
-MORFEO: Lo sé perfectamente. Déjame decirte por qué estás aquí. Estás aquí porque sabes algo. No puedes explicar ese algo. Pero lo sientes. Lo has sentido toda tu vida... Este mundo tiene algo raro. No sabes qué es, pero ahí está... como una astilla en tu mente, volviéndote loco. Esta sensación es la que te ha traído a mí. ¿Sabes de qué estoy hablando?
-NEO: ¿La Matrix?
-MORFEO: ¿Quieres saber lo que es?
-NEO: Sí.
-MORFEO: La Matrix está en todos lados. A nuestro alrededor. Aun aquí en este mismo cuerto. La ves cuando miras por la ventana... o cuando enciendes el televisor. La sientes cuando vas a trabajar... cuando vas a la iglesia... cuando pagas tus impuestos. Es el mundo que te han puesto sobre los ojos, para cegarte a la verdad.
-NEO: ¿Cuál verdad?
-MORFEO: Que eres un esclavo, Neo. Como todos, naciste para esclavo. Naciste en una prisión que no puedes oler, probar ni tocar... Una prisión para la mente. Desafortunadamente uno no le puede decir a nadie lo que es la Matrix. Necesitas verla con tus propios ojos. Èstas es tu última oportunidad. Después ya no puedes echarte para atrás. Si te tomas la píldora azul... la historia acaba, despiertas en tu cama... y crees lo que tú quieras creer. Si te tomas la píldora roja... te quedas en el País de las Maravillas... y te enseño qué tan profundo es el agujero. Recuerda, lo único que ofrezco es la verdad. Nada más.
* Texto extraído del libro "NADIE VIO MATRIX" de Walter Graziano.

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