Una precaria iluminación, un inimaginable desorden y un desagradable olor a encierro forman parte del paisaje con el que conviven día a día María y su familia. La mujer de 30 años llegó hace 5 meses a Argentina en compañía de su esposo, su hijo de dos años, su sobrina de un año y cuatro familiares más, todos de nacionalidad boliviana.
Sus vidas transcurren dentro de cuatro paredes que, descascaradas por la humedad, parecieran derrumbarse cuando alguien golpea la puerta. Allí duermen, comen y trabajan más de 16 horas diarias, de lunes a lunes, para terminar los 250 pares de zapatos semanales que les exigen quienes los trajeron.
En la avenida Santa Fe, los calzados adornan las vidrieras y sus valores superan los 350 pesos. María y su familia manifiestan que los 1.500 pesos mensuales que cobra el grupo familiar, 250 pesos por cada mayor si cumplen con la producción exigida, están bien porque además pueden vivir en el taller.
Existen organizaciones que utilizan engañosos mecanismos para reclutar mano de obra barata en diferentes ciudades o localidades de Bolivia. Gracias a un tal “Don Oscar”, como lo identifica la mujer, pudieron dejar Bolivia para afincarse en la ciudad de Caseros, provincia de Buenos Aires.
En el siglo XXI, solo en capital federal hay màs de 200 talleres, según la Ministro de Derechos Humanos de la Ciudad, Gabriela Cerruti, que implementan la trata de esclavos, abolida en el artículo 15 de la Constitución Argentina de 1853, con los inmigrantes bolivianos que ingresan a la Argentina en busca de trabajo.
Sus vidas transcurren dentro de cuatro paredes que, descascaradas por la humedad, parecieran derrumbarse cuando alguien golpea la puerta. Allí duermen, comen y trabajan más de 16 horas diarias, de lunes a lunes, para terminar los 250 pares de zapatos semanales que les exigen quienes los trajeron.
En la avenida Santa Fe, los calzados adornan las vidrieras y sus valores superan los 350 pesos. María y su familia manifiestan que los 1.500 pesos mensuales que cobra el grupo familiar, 250 pesos por cada mayor si cumplen con la producción exigida, están bien porque además pueden vivir en el taller.
Existen organizaciones que utilizan engañosos mecanismos para reclutar mano de obra barata en diferentes ciudades o localidades de Bolivia. Gracias a un tal “Don Oscar”, como lo identifica la mujer, pudieron dejar Bolivia para afincarse en la ciudad de Caseros, provincia de Buenos Aires.
En el siglo XXI, solo en capital federal hay màs de 200 talleres, según la Ministro de Derechos Humanos de la Ciudad, Gabriela Cerruti, que implementan la trata de esclavos, abolida en el artículo 15 de la Constitución Argentina de 1853, con los inmigrantes bolivianos que ingresan a la Argentina en busca de trabajo.
Deja tu comentario!!! Gracias!!!